La mayoría de las infecciones fúngicas en el hombre no son contagiosas, aparecen tras un contacto con un reservorio ambiental o a partir de la flora de hongos del propio paciente.
Atendiendo al lugar y grado de afectación las micosis pueden ser divididas para su estudio en tres grandes grupos: micosis profundas, micosis subcutáneas y micosis superficiales.
Los hongos oportunistas son miembros habituales de la flora humana normal, pero también se pueden encontrar en la naturaleza como microorganismos saprofitos. Al aparecer deficiencias en la defensa de un individuo, pueden llegar a producir enfermedades que varían en su gravedad, pudiendo asociarse con una infección superficial de la piel o las mucosas hasta llegar a producir una afectación sistémica con afectación de múltiples órganos internos.
Las especies de Aspergillus, Candida y Zygomicetos (mucormicosis) son los tres grupos de hongos considerados clásicamente oportunistas. Aspergilllus es un hongo ubicuo ampliamente distribuido en la naturaleza. Las remodelaciones de edificios u otras alteraciones ambientales importantes se han asociado a un aumento en la frecuencia de contaminación, colonización o infección por Aspergilllus.
Biología de las bacterias
Son seres vivos de una organización muy simple, están formados por una sola célula. Existen algunas bacterias que viven a expensas de vegetales, animales y el hombre, es decir, son parásitos.
Las bacterias se reproducen muy rápidamente a través de un proceso llamado simple división o bipartición, aunque también disponen de mecanismos de reproducción con intercambio genético. Tienen diferentes formas: algunas son esféricas y se llaman cocos, otras son alargadas y reciben el nombre de bacilos, también las hay curvadas y se llaman espirilos.
Las bacterias que producen enfermedades se llaman patógenas. Originan males como la difteria, tuberculosis, tétano, fiebre tifoidea, tuberculosis, etcétera.